Marionetas de un mundo de hipocresía es lo que somos día tras día.
Mascaras y antifaces ocultan el engendro infernal que llevamos dentro.
Banquetes, orgías; gula y lujuria es lo que intenta satisfacer nuestro deseo muerto.
Mentiras y traiciones son los puñales que han dejado inmóvil al amigo ajeno.
Alcohol y drogas han sido el camino emergente que los débiles han elegido.
Lamento, lágrimas y sueños rotos son la bandera que portan aquellos a quien cupido olvido.
Las mascaras siguen presentes, de vez en cuando algún audaz decide desafiar lo habitual, quebrantar las reglas e intentar respiras, dejando caer la prisión de papel mache que oculta su ser.....
Se escucha la mascara al chocar contra el piso, aquel héroe sin nombre es rodeado por buitres que no lo dejaran triunfar, jamás se le volverá a ver, sus ideas han sido devoradas, será exiliado al lugar donde sus pregones se unirán al silencio del viento.
Mientras tanto la fiesta ha de continuar,
el disturbio debe ser olvidado,
con un poco del embriagante néctar que se ha derramado,
sobre copas de oro y marfil blanco tallado.
Los sonidos de las copas chocando han sido opacados,
por risas y llantos que han crecido en este ambiente tan amargo.
Detrás del antifaz, aquel pensamiento predominante será el primero en caer envenenado, mientras compartan el vino, las mentiras, el orgullo , las ideas el cielo y las estrellas; el viejo Caronte los seguirá esperando a que uno a uno tropiecen con el hilo que les ha de dar una sincera eternidad.
Pasa.... disfruta..... Sírvete una copa, camina entre la falsa alegría que encubre esta miseria.
No importa si de noche o de día.....
El carnaval de la vida jamás termina.
26.5.05
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