La responsabilidad de ser uno mismo

"La responsabilidad de ser uno mismo"
"Nuestro miedo más profundo no es que seamos inútiles. Nuestro miedo más profundo es a tener un poder sin limite. Es a nuestra luz, y no a nuestra oscuridad, lo que más tememos. Nos preguntamos, "¿Quién soy yo para ser brillante, hermoso, talentoso, extraordinario?" En realidad, ¿quién eres para no serlo? Eres un hijo de Dios
Que tú te hagas de menos de nada le sirve al mundo. Hacerte de menos a ti mismo para que no se sientan inseguros las personas que están a tu alrededor no es un acto de iluminación sino de egoísmo. Nacimos para manifestar la gloria de Dios que existe dentro de nosotros. No sólo existe en algunos de nosotros; la tenemos todos. Y, al dejar nuestra luz brillar, de manera incondicional e implícita permitimos a los demás a hacer lo mismo. Al liberarnos de nuestro propio miedo, nuestra presencia inmediatamente libera a los demás".
Este discurso pronunciado por Nelson Mandela en su toma de posesión a la presidencia de Sudáfrica tiene un mensaje muy especial que me gusta interpretar de la siguiente manera:
Todo ser humano nace con una luz especial que lo distingue de cualquier otro ser humano. Todo ser humano tiene una misión en esta vida. Hace un tiempo, un hombre muy sabio me dijo unas palabras que mas o menos decían así: "Cuando te toque el turno de estar ante Dios, ten por seguro que no te va a preguntar ¿por qué no descubriste la cura para tal o cual enfermedad?, ni tampoco te va a preguntar ¿por qué no dibujaste el cuadro más maravilloso de la historia? o ¿por que no compusiste la canción más hermosa? Ten por seguro que lo que si te va a preguntar es ¿por qué no fuiste TU?
En definitiva, creo que una de las más grandes satisfacciones que el ser humano debe de vivir en su existencia es la de "ser uno mismo", más allá de las opiniones de los demás. La aprobación o desautorización de nuestras opiniones, deseos, actitudes y conductas por parte de la sociedad en que vivimos es tan fuerte que, en la mayor parte de las ocasiones, se convierten en motores impulsores de nuestras vidas, para bien o para mal. "Ser uno mismo" y mantener coherencia e integridad en nuestros actos, debe de ser el objetivo de toda vida realizada. Ya lo decía Gandhi: "¿Estás seguro de que no te empuja la sed de oro, de fama o de poder? ¿Estás verdaderamente seguro de que puedes permanecer a tu ideal y perseverar en él, aunque el mundo entero pretenda aplastarte? ¿Estás seguro de que sabes lo que quieres y que cumplirás con tu deber y nada más que tu deber, aunque se halle en juego tu vida? ¿Estás seguro de que continuarás la lucha mientras tengas vida, mientras tu corazón tenga fuerza para latir una vez más? Si es así, eres un verdadero reformador, un maestro, una bendición para la humanidad".
El gran reto de cada uno de nosotros no debe ser el "de ser mejor" que tal o cual persona, sino ser mejor que uno mismo. No hay peor enemigo que uno mismo, ya que ni todo el mundo junto nos puede hacer ni una cuarta parte del daño que nosotros mismos somos capaces de provocarnos.
Creo yo que se debe ser vivir bajo nuestros ideales, metas y esperanzas, más allá de las opiniones, de los perjuicios y de los miedos, e intentar ser uno mismo, desterrando lo superfluo y de tal manera, armarnos de los grandes valores humanos: la bondad, la justicia, la libertad, la amistad, el amor, entre muchos, muchos más, mismos que constituyen la verdadera riqueza y la esencia de lo que realmente es el espíritu humano.
Muchos seres humanos moldean su conciencia bajo "el qué dirán"", mientras que grandes sabios como Santo Tomás de Aquino nos dicen "que la verdadera sabiduría entra por el amor, el silencio y la ayuda al prójimo". El propio Santo Tomás solía decir: "grande sabiduría es saber callar y no mirar dichos ni hechos en vidas ajenas".
El gran reto es el de ser uno mismo, sin importar las caídas, las penurias y el sufrimiento que esto trae aparejado, ya que tarde o temprano, el resultado de no ser uno mismo es mucho más doloroso que cualquier caída o derrota.
Asumamos el gran reto que tenemos frente a nosotros, cumplamos con nuestra misión en este mundo. Aunque pudiera parecer insignificante, es importante que cada uno de nosotros contribuya con su pequeña pieza en el rompecabezas. Estoy seguro de que si pasáramos más tiempo en descubrir quienes somos y en explotar nuestras cualidades que, en lamentarnos por lo que pudiésemos haber sido, o por lo que no somos….. no solo seríamos todos seres más felices, sino que este mundo sería un lugar mucho mejor en donde vivir.